sábado, 25 de noviembre de 2017

El registro, elementos subjetivos y elementos objetivos de NO NEGATIVO


Los elementos objetivos de NO NEGATIVO

Los elementos objetivos de un texto están ligados a la función referencial y, en este caso, a la tipología del texto en cuestión. Los artículos de opinión suelen ser argumentativos expositivos, aquí más argumentativo que expositivo. A la parte argumentativa le corresponde la subjetividad y a la expositiva la objetividad. De esta última, con gran esfuerzo, encontramos las siguientes manifestaciones:
·         Los nombres propios, las fechas, las siglas, etc.: Juan Manuel de Prada, el profesor Santiago Becerra, Internet, etc.

·         Los nombres abstractos empleados en su sentido denotativo: orden, medicina, verdad, nociones, tamaño, etc.

·         Los nombres comunes, en singular o plural, tomados en sentido genérico, que no buscan despertar la connotación: las ediciones electrónicas, los periódicos, los usuarios, las noticias, monosílabos, palabras, etc.

·         Los complementos especificativos de estos mismos nombres y de nombres comunes concretos: el positivo del deportista, crecimiento negativo, heridas mortales, la noticia de que el deportista...,  ,
·         La utilización de oraciones impersonales: es difícil de entender, de eso se trata, de confundirnos, es lo que se hace,  etc.

·         Como señal secundaria, está el predominio de la entonación enunciativa


                En conclusión, se trata de un texto abiertamente subjetivo, dada la denuncia condenatoria del abuso de eufemismos. Por tanto, las manifestaciones de la objetividad son más difíciles de encontrar.
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Los elementos subjetivos en el texto

            Es esencial en los artículos de opinión la manifestación del punto  de vista subjetivo de su autor, en especial si se trata de asuntos  o actitudes que se quieran condenar, como es el caso. estas manifestaciones aparecen en distintos niveles. A nivel léxico encontramos un vocabulario valorativo en sustantivos (improperios, obscenidades, calumnias), en adjetivos (venial, culposo, falsa), en expresiones (para troncharse), etc. Complementariamente,  encontramos figuras retóricas como las metáforas hiperbólicas (zarandeado, la bruma, diabólicos, etc.).
            Por lo que respecta al nivel morfológico, encontramos el plural de inclusivo (se nos está complicando, todos entendemos, ) y el diminutivo afectivo (poquito a poco).
            En cuanto al nivel sintáctico, encontramos diferentes marcadores discursivos valorativos salpicando el texto (otra vez, por supuesto, tal vez,  etc.) que  ponen de manifiesto la posición subjetiva del autor
            Por lo que se refiere a la modalidad oracional, encontramos algunas interrogativas directas ( ¿No existía el verbo "decrecer" "Por qué someter..?.)Uñ diminutivo afectivo (un poquito). Alguna exhortativa (Piensen ustedes).
            En conclusión,  la función expresiva está muy presente en el texto dada la condena tajante que esgrime su autor ante   la perversión que esconde el abuso de los eufemismos.

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El registro

            El registro es la fórmula compleja y concreta que el emisor escoge en una situación comunicativa determinada para dirigirse a un interlocutor teniendo en cuenta lo que quiere decir, la situación social que los une, lo que quiere conseguir, etc.. En los artículos de opinión de la prensa se suele hacer un planteamiento dialogizante en el que se combina, el registro coloquial y el culto para que el texto resulte más dinámico, atractivo y eficaz. Como resultado de ello, encontramos las siguientes características:
       En el nivel semántico encontramos un léxico culto (monosílabos, l. 2, eufemística, l. 25, etc.) alternando con el registro coloquial (para troncharse, l.19, etc.). En líneas generales, se puede decir que hay un vocabulario de amplio y escogido repertorio con veleidades literarias que revelan una planificación cuidada del texto.
            Por lo que a la sintaxis se refiere, oraciones unimembres como El sí o el no son representativas del nivel coloquial en contraste con oraciones  medianamente complejas como la de la línea 25 (Tal vez de eso se trata, ....o nos disguste). Volviendo a lo coloquial, encontramos frecuentes intercalaciones de valoraciones subjetivas (tal vez,  l. 25; por de pronto , l. 28; Por supuesto, l. 13; si lo prefieren, l. 3.  etc.).
            En cuanto a la morfología,  encontramos el uso del plural de modestia (se nos está complicando, creíamos, logremos, etc.) y los diminutivos afectivos (poquito a poco, l. 25), todos ellos manifestación del nivel coloquial en contraste con con compuestos cultos como monosílabos y eufemísticos, propios de la lengua culta.
            En lo que atañe a la modalidad oracional, si bien predomina la entonación enunciativa, algunas interrogativas retóricas nos remiten al tono predominantemente coloquial.
          El texto está escrito con una planificación, elaboración, que los medios exigen y que se plasma en una corrección ortográfica y sintáctica, y en un castellano estándar (sin localismos ni dialectalismos), con un nivel medio-culto para hacerlo accesible a la mayoría de los lectores.