jueves, 26 de enero de 2012

texto de "Muerte de Antoñito Camborio"

           


  Texto de Federico García Lorca. ''Muerte de Antoñito el Camborio''
El texto de abajo lo encontré en esta página. Es excelente y tiene muchas cosas más !!!!!!


            Voces de muerte sonaron
            cerca del Guadalquivir.
            Voces antiguas que cercan
            voz de clavel varonil.
            Les clavó sobre las botas
            mordiscos de jabalí.
            En la lucha daba saltos
            jabonados de delfín.
            Bañó con sangre enemiga
            su corbata carmesí,
            pero eran cuatro puñales
            y tuvo que sucumbir.
            Cuando las estrellas clavan
            rejones al agua gris,
            cuando los erales sueñan
            verónicas de alhelí,
            voces de muerte sonaron
            cerca del Guadalquivir.



***

            - Antonio Torres Heredia
            Camborio de dura crin,
            moreno de verde luna,
            voz de clavel varonil:
            ¿Quién te ha quitado la vida
            cerca del Guadalquivir?
            - Mis cuatro primos Heredia,
            hijos de Benamejí.
            Lo que en otros no envidiaban,
            ya lo envidiaban en mí.
            Zapatos color corinto,
            medallones de marfil,
            y este cutis amasado
            con aceituna y jazmín.
            - ¡Ay Antoñito el Camborio
            digno de una emperatriz!
            Acuérdate de la Virgen
            porque te vas a morir.
            - ¡Ay Federico García,
            llama a la guardia civil!
            Ya mi talle se ha quebrado
            como caña de maíz.
***

            Tres golpes de sangre tuvo
            y se murió de perfil.
            Viva moneda que nunca
            se volverá a repetir.
            Un ángel marchoso pone
            su cabeza en un cojín.
            Otros de rubor cansado
            encendieron un candil.
            Y cuando los cuatro primos
            llegan a Benamejí,
            voces de muerte cesaron
            cerca del Guadalquivir.

 ecuencia argumental. El romance relata, líricamente, el asesinato, en las proximidades del Guadalquivir, y por la noche, del gitano Antonio Torres Heredia, a manos de sus cuatro primos; asesinato provocado por la envidia que en ellos producen las cualidades que el Camborio atesora en su persona. Este argumento -destacado por medio del subrayado y de las notas en el margen izquierdo del texto, que lo complementan- se desarrolla a lo largo de las tres partes que estructuran el poema: la violenta pelea del Camborio con sus primos (versos 1-18), la dramática agonía de aquél (versos 19-40), y la expiración del gitano (versos 41-52).

Comentario del asunto. En efecto, el trágico suceso narrado poéticamente por García Lorca, enmarcado por los versos iniciales (Voces de muerte sonaron) y finales (voces de muerte cesaron) recoge tan sólo los momentos de mayor tensión dramática -tal y como sucedía en los romances medievales-: el abatimiento del Camborio (primera parte), su agonía (segunda parte), y su posterior expiración (tercera parte).

La primera parte queda estructurada de la siguiente forma:

• Verso 1. Anticipo del fatal desenlace del poema: Voces de muerte sonaron.

• Verso 2. Localización del escenario: cerca del Guadalquivir.

• Versos 3-4. Presentación de los personajes que intervienen en la reyerta a través de sus voces -y por medio de una audaz metonimia de la parte por el todo-: los cuatro primos Heredia (las voces antiguas, del verso 3) y el Camborio (la voz del clavel varonil, del verso 4).

• Versos 5-10. Lucha cruenta entre el Camborio y sus cuatro primos (las botas, nueva metonimia de la parte por el todo). El Camborio se defiende hiriendo a sus agresores (Bañó con sangre enemiga -verso 9-).

• Versos 11-12. El Camborio queda mortalmente herido por sus primos, aludidos por otra metonimia de la parte por el todo: cuatro puñales (verso 11).

• Versos 13-16. La reyerta transcurre cuando ya es de noche: los rayos luminosos enviados por las estrellas son como rejones que penetran en el agua gris del Guadalquivir en que se reflejan (versos 13-14); en tanto que los erales anhelan -sueñan- ser lidiados en el ruedo para probar la bravura de su casta (versos 15-16). Imágenes taurinas ambas -rejones, erales- de las que se vale García Lorca para situar cronológicamente la acción: durante la noche.

• Versos 17-18. Se repiten, a modo de estribillo, los versos iniciales, que confirman los funestos presagios de muerte anunciados.

Y si la primera parte es fundamentalmente descriptiva, con imágenes coloristas que recalcan la violencia de la pelea entre el Camborio y sus primos, la segunda parte, con la agonía del gitano, reviste un marcado carácter dramático: a requerimientos del poeta (versos 23-24) -cuya voz se deja escuchar directamente (versos 19-24 y 33-36), y que es consciente de la inminente muerte del gitano (verso 36)-, el Camborio delata a sus asesinos (versos 25-26), expone los motivos que les han inducido al crimen -la envidia (versos 27-32)-, y le exige al propio García Lorca que ponga el hecho en conocimiento de la Guardia Civil para que se haga justicia (versos 37-38), porque le han arrancado la vida alevosamente (versos 39-40).

La tercera parte -narrativa- recoge la expiración del gitano: tres bocanadas de sangre ponen fin a su vida (versos 41-42); y son los propios ángeles quienes se hacen cargo de su cuerpo y disponen el velatorio del cadáver (versos 45-48), mientras los Heredia se retiran a su Benamejí natal (versos 49-50). Las voces de muerte cesan cuando la tragedia ya ha culminado (verso 51). Y aquí queda interrumpida la narración, aunque su capacidad sugeridora se prolonga mucho más allá del verso 52, lo que le permite al poema ganar en lirismo.

 Interpretación del texto de Federico García Lorca -lectura analítica-, a partir del tema
Intención del autor. García Lorca -por medio de un sugestivo lenguaje metafórico- va perfilando, a lo largo del romance, el retrato del Camborio, convertido en arquetipo de la raza gitana, y predestinado a morir como el toro de lidia, que paga con su vida la nobleza de su estirpe.

Interpretación del tema. El primer rasgo de la personalidad del gitano que García Lorca destaca es el vigor y robustez de su voz, pero también su galanura, así como el fresco olor de su aliento. El color rojo subido permite establecer la comparación entre labio y clavel, y justifica la permutación de boca por clavel, de forma que la voz varonil del gitano se ve engalanada con algunas características del clavel, tales como la hermosura o su suave aroma. Y así surge un sugestivo verso, que combina una feliz metonimia con una triple asociación de sensacioens procedentes de diferentes dominios sensoriales -en complejas sinestesias: auditivas, cromáticas y olfativas-: voz de clavel varonil (verso 4 y, nuevamente, verso 22).

El Camborio es valiente. Sus atacantes son cuatro, pero les planta cara. Cuando lucha, exhibe una tremenda fortaleza; de ahí que los desgarrones que produce en sus primos -aludidos con la metonimia las botas- tengan la consideración de mordiscos de jabalí (2). Pero, además de fuerte y agresivo, peleando el Camborio es ágil como el delfín (adviértase la fuerza plástica de la comparación: los saltos fuera del agua de los delfines permiten "visualizar" los acrobáticos movimientos del Camborio); y también es escurridizo como los propios delfines y como el jabón, lo que le va a permitir derramar la sangre de sus agresores -representados con otra metonimia: cuatro puñales- que lo van a abatir.

Fuerza, agilidad, habilidad, escurridiza y valentía en el combate quedan plasmados, así, en estos versos, de profunda densidad metafórica:

                        Les clavó las botas
                        mordiscos de jabalí.
                        En la lucha daba saltos
                        jabonados de delfín.
                        Bañó con sangre enemiga
                        su corbata carmesí,
                        pero eran cuatro puñales,
                        y tuvo que sucumbir.

El Camborio viste con elegancia y distinción, y sabe completar su atavío con adornos que delatan una condición social acomodada: el color carmesí de su corbata (verso 9) armoniza perfectamente con el color corinto de sus zapatos (verso 29) -colores fuertes, que manifiestan la pasión vital del gitano-; y los medallones de marfil que cuelgan de su cuello (verso 30) le prestan lun aspecto aristocrático o, por lo menos, elegante.

El gitano genuino, históricamente "perseguido" por la civilización, representa el instinto puro, la libertad suprema. Al identificar al Camborio con un caballo de dura crin, García Lorca traslada al gitano el aroma de libertad que ese caballo simboliza, a la vez que acrecienta su propia pujanza vital.

Está dotado el Camborio de una extraordinaria belleza natural: la piel oscura y morena, propia de los gitanos, trasmutada en verdosa, resplandece por el brillo de la luna (verso 21) (3); y es, por tanto, una mezcla del verde de la aceituna y del blanco del jazmín (verso 32) (4).

A la belleza del Camborio contribuye la esbeltez de su figura; y de ahí la acertada comparación del cuerpo que se dobla por las heridas recibidas con la caña de maíz que se quiebra (versos 39-40) (5).

En definitiva, el Camborio es un personaje único, que no admite comparación con nadie (digno de una Emperatriz, proclama el verso 34); y se murió de perfil (verso 42), es porque su efigie quedará acuñada para la inmortalidad y, por tanto, seguirá viva, aunque sea irrepetible: viva moneda que nunca / se volverá a repetir. (Versos 43-44)

Este conjunto de cualidades excepcionales que el Camborio concentra en su persona -y que el subrayado ha puesto de manifiesto- es el que, en definitiva, despierta la envidia de sus primos -envidia de profunda resonancia racial, étnica, pues la estirpe de los Heredia se considera a sí misma "inferior" a la de los Camborio-, y es la causa de un asesinato largamente premeditado.

 Comentario estilístico

García Lorca narra en este romance -narración lírica y desrealización extrema, a través de un denso lenguaje metafórico- el asesinato de Antonio Torres Heredia a manos de sus cuatro primos (versos 11-12, 25-26, 39-42); asesinato motivado por la envidia que su personalidad gitana despierta en ellos (y que el propio Camborio resume en los versos 29-32: elegancia, posición social, belleza...). La acción se sitúa en las proximidades del río Guadalquivir (versos 2, 18, 24, 52), no lejos de la serranía cordobesa de Benamejí, de donde son sus primos Heredia; y transcurre de noche (versos 13-16) (6).

Hemos señalado ampliamente cómo García Lorca convierte el lenguaje metafórico en un poderoso y original recurso expresivo: símiles y metáforas de altísima calidad estética se desparraman por todo el romance y justifican sobradamente estas palabras del propio poeta: "Sólo la metáfora puede dar una suerte de eternidad al estilo"; o estas otras: "El poema que no está vestido no es poema, como el mármol que no está labrado no es estatua".

Quisiéramos añadir a lo ya apuntado el sugestivo papel que se le otorga a la metonimia en la primera parte del romance, donde estalla en toda su plenitud una violencia que acarrea destrucción y muerte. A través de voces conocemos que dos estirpes gitanas se enfrentan, en pelea brutal, a muerte (voces antiguas que cercan / voz de clavel varonil; versos 3-4). De los asesinos sólo sabemos que calzan fuertes botas (Les clavó sobre las botas / mordiscos de jabalí; versos 5-6) y que blanden afilados puñales (pero eran cuatro puñales / y tuvo que sucumbir; versos 11-12). No hay rostros: sólo sangre derramada. La muerte "sobrevuela" la escena. Y es necesario adentrarseAntonio Torres Heredia, / Camborio de dura crin, (...) (versos 19-20). Y hasta los versos 25-26, el Camborio, que se está desangrando, no confiesa la identidad de sus asesinos: Mis cuatro primos Heredia, / hijos de Benamejí. Las múltiples y audaces metonimias empleadas -sin duda el procedimiento expresivo más destacado en la construcción de la primera parte de este poema- no hacen sino poner una vez más de manifiesto el prodigioso dominio que García Lorca tiene del léxico.

Y ya que hablamos de construcción formal, reparemos en el fuerte "sentido arquitectónico" con que está concebido el poema. En efecto, una serie de sutiles articulaciones léxico-semánticas, sintácticas y fónicas confieren al romance una sólida cohesión textual:

• La animalización metafórica del Camborio, que lucha con la fuerza del jabalí (Les clavó sobre las botas / mordiscos de jabalí; (versos 5-6); es ágil y escurridizo como un delfín (En la lucha daba saltos / jabonados de delfín; versos 7-8); y exhala una poderosa energía vital (Camborio de dura crin,; (verso20)).

• Los efectos cromáticos del atavío del gitano -corbata carmesí; (verso10) y zapatos color corinto; (verso 29)-, armoniosamente conjuntado, que exteriorizan su elegancia y distinción, y que también reflejan su espíritu vital.

• La correlación metafórica entre moreno de verde luna, (verso 21) y (...) cutis amasado / con aceituna y jazmín. (versos 31-32), que sirve para recalcar la hermosura de la piel del gitano y, en especial, de su rostro.

• La forma en que muere el Camborio -de perfil (verso 42)- y que hace posible los versos siguientes -Viva moneda que nunca / se volverá a repetir (versos 33-34), de manera tal que su perfil se asemeja a los que figuran en las monedas- le abre las puertas de la posteridad y proclama su condición única e irrepetible, ya anticipada, en alguna forma, en el verso 34, que presenta al Camborio como digno de una Emperatriz.

La cohesión estructural está también lograda mediante el empleo de paralelismos sintácticos (1), constantes repeticiones léxicas (2), oposiciones léxicas y semánticas (3), estribillos (4)...; recursos que García Lorca aprendió en el Romancero Viejo, y que maneja con gran pericia.


Para quien quiera ver el "Prendimiento de Antoñito el Camborio" pinchar aquí.

García Lorca. Biografía

lorca, Teresa León y Alberti




Federico García Lorca
(Fuente Vaqueros, España, 1898 - Víznar, id., 1936) Poeta y dramaturgo español. Los primeros años de la infancia de Federico García Lorca transcurrieron en el ambiente rural de su pequeño pueblo granadino, para después ir a estudiar a un colegio de Almería.
Continuó sus estudios superiores en la Universidad de Granada: estudió filosofía y letras y se licenció en derecho. En la universidad hizo amistad con Manuel de Falla, quien ejerció una gran influencia en él, transmitiéndole su amor por el folclore y lo popular.

A partir de 1919, se instaló en Madrid, en la Residencia de Estudiantes, donde conoció a Juan Ramón Jiménez y a Machado, y trabó amistad con poetas de su generación y artistas como Buñuel o Dalí. En este ambiente, Lorca se dedicó con pasión no sólo a la poesía, sino también a la música y el dibujo, y empezó a interesarse por el teatro. Sin embargo, su primera pieza teatral, El maleficio de la mariposa, fue un fracaso.
En 1921 publicó su primera obra en verso, Libro de poemas, con la cual, a pesar de acusar las influencias románticas y modernistas, consiguió llamar la atención. Sin embargo, el reconocimiento y el éxito literario de Federico García Lorca llegó con la publicación, en 1927, de Canciones y, sobre todo, con las aplaudidas y continuadas representaciones en Madrid de Mariana Pineda, drama patriótico.
Entre 1921 y 1924, al mismo tiempo que trabajaba en Canciones, escribió una obra basada en el folclore andaluz, el Poema del cante jondo (publicado en 1931), un libro ya más unitario y madurado, con el que experimenta por primera vez lo que será un rasgo característico de su poética: la identificación con lo popular y su posterior estilización culta, y que llevó a su plena madurez con el Romancero gitano (1928), que obtuvo un éxito inmediato. En él se funden lo popular y lo culto para cantar al pueblo perseguido de los gitanos, personajes marginales marcados por un trágico destino. Formalmente, Lorca consiguió un lenguaje personal, inconfundible, que reside en la asimilación de elementos y formas populares combinados con audaces metáforas, y con una estilización propia de las formas de poesía pura con que se etiquetó a su generación.
Tras este éxito, Lorca viajó a Nueva York, ciudad en la que residió como becario durante el curso 1929-1930. Las impresiones que la ciudad imprimió en su ánimo se materializaron en Poeta en Nueva York (publicada póstumamente en 1940), un canto angustiante, con ecos de denuncia social, contra la civilización urbana y mecanizada de hoy. Las formas tradicionales y populares de sus anteriores obras dejan paso en esta otra a visiones apocalípticas, hechas de imágenes ilógicas y oníricas, que entroncan con la corriente surrealista francesa, aunque siempre dentro de la poética personal de Lorca.
 De nuevo en España, en 1932 Federico García Lorca fue nombrado director de La Barraca, compañía de teatro universitario que se proponía llevar a los pueblos de Castilla el teatro clásico del Siglo de Oro. Su interés por el teatro, tanto en su vertiente creativa como de difusión, responde a una progresiva evolución hacia lo colectivo y un afán por llegar de la forma más directa posible al pueblo. Así, los últimos años de su vida los consagró al teatro, a excepción de dos libros de poesía: Diván del Tamarit, conjunto de poemas inspirados en la poesía arabigoandaluza, y el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1936), hermosa elegía dedicada a su amigo torero, donde combina el tono popular con imágenes de filiación surrealista.
 Las últimas obras de Federico García Lorca son piezas teatrales. Yerma (1934) es una verdadera tragedia al modo clásico, incluido el coro de lavanderas, con su corifeo que dialoga con la protagonista comentando la acción. Parecido es el asunto en Bodas de Sangre (1933), donde un suceso real inspiró el drama de una novia que huye tras su boda con un antiguo novio (Leonardo). La huida, llena de premoniciones, en la que la propia muerte aparece como personaje, presagia un final al que se viene aludiendo desde la primera escena y en el que ambos hombres se matarán, segando así la posibilidad de continuidad de la estirpe por ambas ramas y renovando la muerte del padre del novio a manos de la familia de Leonardo. De esta manera, la pasión y la autobúsqueda concluyen con la destrucción de todo el orden establecido.
Entre toda ellas destaca La Casa de Bernarda Alba (1936), donde la pasión por la vida de la joven Adela, encerrada en su casa junto con sus hermanas a causa del luto de su padre y oprimida bajo el yugo de una madre tiránica, se rebelará sin temor a las últimas consecuencias. De esta manera, su pasión por la vida se estrellará contra el muro de incomprensión de su familia concluyendo todo con su eliminación. Junto con la figura de la protagonista, destaca la serie de retratos femeninos que realiza el autor, desde la propia Bernarda hasta la vieja criada confidente de todas (La Poncia), la hermana amargada y envidiosa (Martirio) o la abuela enloquecida que se opone a la tiranía de Bernarda.
La casa de Bernarda Alba, considerada su obra maestra, fue también la última, ya que ese mismo año, al estallar la guerra civil, fue detenido por las fuerzas franquistas y fusilado diez días más tarde, bajo acusaciones poco claras que señalaban hacia su papel de poeta, librepensador y personaje susceptible de alterar el «orden social»