Léxico
La lengua de Luces de Bohemia está llena de madrileñismos,
casticismos, cultismos, argot, creaciones metafóricas,… que ya se daban en el
“género chico” (sainetes, zarzuelas…). Valle-Inclán realza este modo de hablar
que alcanza una gran dignidad literaria. Es una lengua grotesca, vulgar, de
juego de palabras…
Desde el punto de vista del léxico destacan tres aspectos: a)
el empleo de palabras típicas del vocabulario madrileño y b) calé así como c)
la adecuación del léxico a la realidad.
Adecuación del léxico a la realidad
Valle-Inclán deja hablar a cada uno de sus
personajes con un lenguaje adecuado a sus circunstancias, su condición, su
situación y el momento. La florista utiliza un vocabulario propio de la clase
baja madrileña. La prostituta también habla ese lenguaje propio de la clase
baja madrileña, pero introduce más a menudo palabras del léxico calé.
En cambio, el lenguaje de Max no está
totalmente de acorde con su situación. Podemos observar cómo utiliza un
lenguaje más bien refinado con alguna que otra frase o palabra latina. También
resulta grotesco el que llame marquesa a una prostituta. Esto hace que aparezca
o que resulte una ironía la vida. También es una ironía el que un personaje
como Max, estudioso, se halle hablando de arte con unas personas que no
comprende su postura y a las que tampoco interesa pues a ellos lo primero que
les preocupa son sus dificultades económicas.
En el lenguaje podemos observar lo
esperpéntico de la obra. El lenguaje de Max no corresponde a su situación.
Por otra parte, la lengua está llena de
rasgos coloquiales, reflejados en un lenguaje popular. Se aprecian abundantes
coloquialismos como las palabras tomadas de la lengua calé y de las partes
bajas madrileñas. Todo ello es una clara muestra del gran conocimiento que
posee Valle sobre el lenguaje, la riqueza de léxico y el total dominio que
ejerce sobre él.