jueves, 27 de septiembre de 2012

LUCES DE BOHEMIA: Características literarias y visión de la realidad


 Características literarias de Valle en la obra
    Un rasgo literario característico de Valle-Inclán es la técnica de mostrar rápidas escenas que parecen haber sido cortadas. Cuando da por terminada una y da comienzo otra, parece que falta algo para dar por terminada la anterior. No hace un análisis psicológico de los personajes que son meros símbolos, una serie de fantoches sujetos a la voluntad del autor. Así Max, un personaje trágico, resultar ser grotesco, de caricatura y parece risible, un personaje de folletín.
    Otro rasgo literario de Valle-Inclán es su gran conocimiento del lenguaje. Lo comprobamos al ver que Valle utiliza numerosas palabras tomadas del léxico calé (citasr, cañí, parné…) y del léxico bajo madrileño (apoquinar, beata, ahuecar, melopea…). El dominio que tiene Valle sobre el lenguaje es muy destacado y acentuado. La obra evidencia que es probablemente uno de los mejores conocedores de la lengua castellana de este siglo.
    Observamos también, el uso reiterado de la ironía. Valle-Inclán lo acentúa a menudo, por ejemplo llama marquesa a una prostituta, un grupo de jóvenes modernistas, sin influencia alguna, quieren presentar a Max a un sillón de la academia,…

Visión de la realidad española
    Max en la escena XII define el esperpento. Parte de esta afirmación: “Nuestra tragedia no es una tragedia”. La tragedia es un género demasiado noble para el panorama que le rodea: “España es una deformación grotesca de la civilización europea.” Por eso, “el sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada.” Y así, de la imposibilidad de la tragedia surge el esperpento.
    Luces de bohemia es una sátira nacional de la política, la sociedad, la religión, etc; es una denuncia de la situación española. Con esta obra Valle pone sus espejos deformantes ante los más variados aspectos de la realidad española. Los aspectos de la realidad española que critica Valle a través del esperpento son los siguientes:
 - Algunas alusiones al pasado imperial (Felipe II, El Escorial...).
- Una amplia zona de la historia contemporánea sirve de marco cronológico a la trama. Valle hace referencia a las colonias españolas de América, a la Semana Trágica (1909), a la revolución rusa (1917) y a los acontecimientos posteriores a la crisis española de 1917.
- Crítica a políticos reales de diverso signo: “¡Muera Maura!”, “¡Castelar era un idiota!”, “ El primer humorista de España es Alfonso XIII. Ha batido el récord haciendo presidente a García Prieto”.
- Arremete de diversos modos contra el mal gobierno (así, se habla del Ministerio de la “Desgobernación”), contra la corrupción del Ministro, que da a Max dinero de los fondos reservados a la policía. Se critica también el capitalismo y el conformismo burgués.
- De especial fuerza es la protesta ante la represión policial. Critica las torturas que llevan a cabo los policías, las detenciones ilegales. De especial relevancia es la ridiculización que hace del Capitán Pitito y de Serafín el Bonito.
- Aparecen las revueltas callejeras a través de la revolución obrera. Las únicas dos figuras no esperpentizadas son la madre del niño muerto y el obrero catalán.
- Especialmente mordaz es la caricatura de los burgueses: el librero Zaratustra, el tabernero Pica Lagartos, algunos defensores del orden de la escena XI, etc.
- No menos ridiculizados quedan los pedantes como Don Gay, el periodista D. Filiberto, Basilio Soulinake, etc., pero especialmente los “epígonos del Modernismo.”
- Esperpentizados quedan también personajes populares: la Pisa-Bien (con matices de simpatía), el “Rey de Portugal”, la portera, las prostitutas (aunque la ternura apunta en el caso de la Lunares, casi una niña) o los sepultureros, parodia de los de Hamlet.
- La crítica de una religiosidad tradicional y vacía (escena II). Max en algunas ocasiones dirá: “Hay que resucitar a Cristo”; “Este pueblo miserable transforma todos los grandes conceptos en un cuento de beatas costureras”; “España en su concepción religiosa es una tribu del centro de África”, etc.
- Critica también a figuras, escuelas o instituciones literarias. A Galdós lo llama “Benito el Garbancero”, a los hermanos Quintero, “si cogieran a Hamlet y Ofelia, ¡qué obra harían!”, a Villaespesa, a la Real Academia...
- Ridiculiza también la vida bohemia y la define como un mundo inútil. Él, como bohemio que fue, siente el compromiso social.

    Esta obra es una crítica total, critica no sólo a los de arriba o a las instituciones, sino a todos; estamos ante una crítica colectiva que ofrece una visión de los conflictos que urden la vida de España. En suma, todo parece llevarnos, en conjunto, a aquella frase suya: “España es una deformación grotesca de la civilización europea.”