miércoles, 24 de abril de 2013

Propuesta de solución para un texto: FANTASMAS ENTRE LAS PÁGINAS.



Fantasmas entre las páginas

               No tengo ex libris, y nunca quise tenerlo. El ex libris, como saben ustedes, es una etiqueta o pegatina impresa que se adhiere a una de las guardas interiores de los libros de una biblioteca, para identificar a su propietario. Es costumbre bonita y antigua, y algunos ex libris son tan hermosos que hay quien los colecciona. Alguna vez un amigo artista se ofreció a hacerme uno, pero nunca acepté. Tengo mis ideas sobre la propiedad de libros y bibliotecas, y están relacionadas con lo efímero del asunto. He visto muchos libros arder, biblioteca de Sarajevo incluida, y comprado demasiados libros viejos como para hacerme ilusiones al respecto. Si es cierto que todo en esta vida lo poseemos sólo a título de depósito temporal, los libros son un recordatorio constante de esa evidencia. Creo que pretender amarrarlos a la propia existencia, al tiempo limitado de que dispone cada uno de nosotros, es un esfuerzo inútil. Y triste.
               Quizá sea ésa, la palabra ‘tristeza', la que mejor define el asunto. Como comprador y poseedor contumaz de libros usados, cazador de ojo adiestrado y dedos polvorientos en librerías de viejo y anticuarios, nunca puedo evitar que, junto al placer feroz de dar con el libro que busco o con la sorpresa inesperada, al goce de pasar las páginas de un viejo libro recién adquirido, lo acompañe una singular melancolía cuando reconozco las huellas, evidentes a veces, leves otras, de manos y vidas por las que ese libro pasó antes de entregarse a las mías  Melancolía absorta en las vidas anteriores a las que el libro que ahora tengo en las manos dio compañía, conocimiento, diversión, lucidez, felicidad, y de las que ya no queda más que ese rastro, unas veces obvio y otras apenas perceptible: un nombre escrito con tinta o la huella de una lágrima. Vidas lejanas a cuyos fantasmas me uniré cuando mis libros, si tienen la suerte de sobrevivir al azar y a los peligros de su frágil naturaleza, salgan de mis manos o de las de mis seres queridos para volver de nuevo a librerías de viejo y anticuarios, para viajar a otras inteligencias y proseguir, de ese modo, su dilatado, mágico, extraordinario vagar
               Por eso, como digo, no tengo ex libris. Por eso, del mismo modo que conservo con celo ritual cualquier reliquia de anteriores propietarios, dejando allí donde la encuentro la hoja o el pétalo seco de flor, la carta doblada, el dibujo, la tarjeta postal, en lo que a mí se refiere procuro, como quien borra con cuidado las huellas de un asesinato, eliminar todo rastro. Por desgracia, alguno es indeleble: dedicatorias de amigos, subrayados y cosas así. Pero el resto de evidencias procuro eliminarlas con impecable eficacia. Situándome con paranoia de asesino minucioso ante cada libro que abandono en un estante para cierto tiempo -tal vez para siempre-, reviso antes sus páginas retirando cuanto allí dejé durante la lectura: cartas, tarjetas de embarque, notas, facturas, tarjetas de visita. Sin embargo, cuando tras la última ojeada considero limpia la escena del crimen y estoy a punto de cerrar la puerta a la manera de un Rogelio Ackroyd dispuesto a enfrentarse al detective, no puedo evitar una sonrisa contrariada y cómplice. Sé que, pese a mis esfuerzos, un buen rastreador, un lector adiestrado como Dios manda, cualquiera de los nuestros, como diría el buen y viejo abuelo Conrad, sabrá reconocer en pistas sutiles -una nota escrita a lápiz y borrada luego, una mancha de lluvia o agua salada, una marca de tinta, sangre o vida- la huella de mis manos. El eco de mi existencia anónima en esas páginas que amé, y que me recuerdan.
                                                                                                                                                                                        Arturo Pérez Reverte
Resuma el contenido del texto y determine su tema  (2 puntos).
Justifique de qué tipo de texto se trata según la tipología textual, el ámbito de uso y el género textual, argumentando la clasificación  con, al menos, dos razones diferentes (1 punto).
Identifique los campos semánticos más relevantes del texto. Ponga ejemplos de las palabras que forma parte de los mismos e indique su relación con el tema del texto  (2 puntos).
Comentario personal sobre la importancia de la lectura y su papel en la formación de la persona, argumentando a favor o en contra y utilizando la expresión lingüística adecuadas, con coherencia y cohesión, riqueza léxica, variedad sintáctica y corrección ortográfica (3 puntos).


Tema. Tras el inevitable rastro de todo lector  de un libro
             El interés por las huellas  personales de todo lector de un libro
Resumen: No hace falta un ex libris para dejar huella de la propiedad de sus libros, asunto banal. Más interesante es que todo lector deje su rastro personal de su lectura. Al autor le gusta conservar las huellas voluntarias que los lectores han dejado en los libros usados que compra. Él, sin embargo, se esfuerza por borrar sus “su pasos”, aun sabiendo que los ulteriores lectores  los descubrirán.
Tipología.
                A simple vista podemos darnos cuenta de que el artículo viene firmado por Pérez Reverte, conocido escritor y colaborador habitual de la revista XL Semanal, en donde tiene una sección fija que se llama Patente de corso. El tema que aborda, en este caso no hace referencia a la actualidad inmediata dado que es una publicación semanal. Se trata de una artículo ligero dirigido al público en general (como saben ustedes, l. 1) redactado en un castellano estándar y formal, exigido por los medios de comunicación. Por tanto, pertenece al ámbito periodístico.
               La referencia a los lectores ya mencionada, los esfuerzos por hacerse entender (por eso, por eso-l.17), el deseo de no parecer arrogante en sus afirmaciones (quizá sea ésa)) buscan convencernos de su tesis implícita: todo lector deja marcas de su lectura personal. La argumentación de la que se vale está basada en la propia experiencia personal y en su testimonio. Si entendemos que lo que quiere es generalizar su experiencia, hemos de concluir que sigue un razonamiento inductivo y, por tanto, lo clasificaremos como argumentativo-expositivo. La parte objetiva de todos los objetos y marcas que va encontrando pertenecen a la parte expositiva.
               El tratamiento personal que hace del tema (No tengo ex libris), la mezcla de oraciones largas y cortas (y triste-l.7), la combinación de un vocabulario amplio y la mención de referentes cultos (Rogelio Acroyd), personaje de una novela de Ágatha Christie, con expresiones coloquiales (como Dios manda) es representativo de los artículos de opinión de los periódicos y publicaciones semanales, en donde el autor goza de plena libertad para el tratamiento de sus temas.
               Por lo que a las funciones se refiere podemos decir que se alternan la expresiva, la apelativa y la poética, dada la amplitud de vocabulario y cuidado desarrollo del texto.

Identifique los campos semánticos más relevantes del texto. Ponga ejemplos de las palabras que forman parte de los mismos e indique su relación con el tema del texto.
     Llamamos campo semántico a aquel que está constituido por elementos homogéneos que en torno a una idea encontramos. En este caso no tenemos más que analizar el tema para deducir cuáles son:
Huella. Huella (l. 9), reliquia (l. 17), recordatorio (l. 6), pistas (l. 23), eco (l. 25)
Indicios: nota borrada, mancha de lluvia, mancha de agua salada, marca de tinta, etc.
Marcas voluntarias. Hoja seca, carta doblada, dibujo, tarjeta postal, etc.
Sentimientos: melancolía, diversión, lucidez, felicidad, etc.
                Como es obvio, el eje de todo el texto gira en torno a la idea de saber encontrar las huellas voluntaria o involuntariamente dejadas o borradas por el lector. Es el ulterior lector el que ha de convertirse en un detective para seguir los rastros de los sentimientos y emociones vividos por aquel.





La importancia de la lectura y su papel en la formación de la persona

               Antes de empezar a escribir sobre el tema, conviene limitar su propuesta. Nosotros entendemos que lo que se nos plantea es una lectura enriquecedora que vaya de acuerdo con el crecimiento de la persona en lo moral, humano e intelectual.
               Acotado así el tema, podemos afirmar que la lectura de libros o cualquier documentos que nos abra vías nuevas de entendimiento y nos lleve o nos descubra parcelas de la realidad desconocidas o abordadas con perspectivas nuevas redunda en el crecimiento intelectual de la persona.En este sentido la lectura es el medio más adecuado para transmitir las ideas y los conceptos reflexivos e íntimos. En los otros medios, por falta de espacio, tiempo u ocasión, no se puede hacer con la misma eficiencia. Es el soporte, el papel, donde radica una de sus mejores virtudes.
               Sin embargo, para que todo esto ocurra, es necesaria la voluntad de comunicarse con el autor y la curiosidad de uno mismo por estar abierto al relativismo del mundo. Leer no es sólo saber que la p con la a suena pa. Leer es comulgar con otros seres, transgredir normas, aventurarse en mundos y formas desconocidos, descubrir otras dimensiones y someterse al ritmo que las letras nos imponen: pautado, silencioso, reflexivo, personal e íntimo.
               En conclusión, la lectura nos ayuda a crecer y a entender el mundo complejo en que vivimos si somos medianamente críticos, selectivos con lo que leemos y abiertamente curiosos.