Los
nietos
Tienen
menos de 30 años. Nacieron cuando Franco ya había muerto. Para unos era solo el
nombre de un fantasma que se pronunciaba con un rencor envasado en la sobremesa
familiar; para otros ni siquiera eso, un par de líneas en la asignatura de
Historia.
Son
los nietos del desastre de la guerra civil. Durante la primera etapa de la
Transición todavía jugaban con muñecas, iban al parque con patines y adornaban
con pegatinas de Snoopy las tapas de sus cuadernos.
Después comenzaron a oír por todas partes que
en España la salida
de la dictadura había sido una obra
maestra de la democracia y que el resto del mundo admiraba ese milagro. Sus
padres, si eran de izquierdas, callaban, lo daban por bueno; si eran de
derechas, lo celebraban como una conquista propia; pero algunos maestros
explicaron a estos jóvenes que la Transición tan modélica solo había sido un
pacto tácito entre dos miedos.
Muerto
el dictador, la derecha creía que los comunistas tenían minadas todas las
alcantarillas de la sociedad; en cambio, la izquierda temía que los militares
podían levantarse cualquier día para plancharla de nuevo. Se produjo un difícil
equilibrio entre las dos fuerzas contrarias, cada una con las heridas del
pasado abiertas todavía. Ambos bandos se neutralizaron mutuamente con un deseo
inapelable: todo menos matarse otra vez, cualquier engendro político es
preferible a otra tragedia.
La
izquierda sumida en un complejo de Estocolmo cedió mucho más en este equilibrio
inestable. Las cunetas y barrancos estaban llenos de ejecutados que lucharon en
el bando republicano.
Desde
la postguerra sus hijos no habían osado romper el silencio al que fueron
obligados ni habían logrado sacudirse el terror de encima, pero habían
conquistado derechos y amnistías, escaños en el Parlamento e incluso el poder
en el Gobierno. Hay que dejarlo correr, dijeron. Pero los nietos de la
izquierda, que no conocieron la dictadura, no se sienten obligados por el subconsciente
a agradecer nada. Quieren que sus antepasados enterrados en barrancos y cunetas
sean exhumados con honor para que sus almas reposen en paz y no vaguen como una
sombra negra sobre la memoria colectiva. No se trata de política. Es solo una
moral: están representando sin complejos la tragedia de Antígona*.
*Antígona, en la tragedia, quiere enterrar el
cadáver de su hermano, lo cual ha prohibido el tirano.
MANUEL
VICENT
Tema y resumen
(2 puntos)
Clasifique
el texto, de manera
justificada, según la tipología textual, el ámbito de uso y el género textual,
argumentando la clasificación con, al menos, dos razones diferentes. (1 punto).
Comentario personal de 30 líneas como mínimo sobre “Pero los nietos de la izquierda, que no conocieron la dictadura, no se
sienten obligados por el subconsciente a agradecer nada.”, argumentando a favor o en contra utilizando
la expresión lingüística adecuada, con coherencia y cohesión, riqueza léxica,
variedad sintáctica y corrección ortográfica (3 puntos).
Explique el
significado de estas palabras o expresiones en su contexto: tácito, inapelable, cunetas, exhumados,
complejo de Estocolmo. (1 punto)
Sintaxis: Clasifique
todos los “que” que encuentre en el texto en pronombres relativos o
conjunciones completivas. (1 punto)
Tema
El deseo/derecho a enterrar dignamente a los abuelos
republicanos asesinados.
Resumen
A los jóvenes la Guerra Civil les quedan muy lejos. El
pacto tácito entre partidos hizo que la generación de la Transición lo asumiera
como un éxito político y social. Incluso los padres de izquierda llegaron sentirse políticamente a gusto con la
situación, pero sus hijos quieren ahora enterrar dignamente a sus abuelos
republicanos asesinados por el Régimen.
Tipología
A la vista
queda que se trata de un texto perteneciente al ámbito periodístico
porque se está tratando un tema candente y polémico de amplio interés social.
Su autor es un conocido escritor y colaborador de El País, donde tiene una columna
dominical en la contraportada. El que un tema tan complejo se aborde tan
condensadamente y de forma literaria avalan también lo que decimos.
Por lo que al tipo discursivo de texto se refiere,
diremos que es argumentativo-expositivo. Se nos expone el proceso
político-histórico seguido y se termina, en la conclusión, con la tesis: por
moral, los nietos quieren enterrar dignamente a sus abuelos republicanos
asesinados. Enfrente están los que piensan lo contrario, a los cuales hay que convencer
(no se trata de..; es solo moral, etc.).
la estructura es deductiva.
En cuanto al género, lo clasificamos como de opinión
y, más concretamente, de artículo de opinión o columna por el
tratamiento dinámico y personal con que está tratado. Hay un vocabulario
altamente valorativo y literario (sacudirse
el terror, complejo de Estocolmo, tragedia de Antígona, etc.). Convive el
estilo cohesionado de oraciones complejas (Muerto el dictador…) con oraciones
simples (Tienen menos de 30 años), otra
cualidad de estos textos. El tratamiento literario es otra característica que
frecuentemente suele acompañar a este tipo de textos.
La funciones que predominan son la apelativa
(para convencer) y la expresiva (para manifestar la opinión). Está
escrito en español estándar, sin localismos, y formal, con perfecta
corrección gramatical, léxica y ortográfica. El registro es culto-medio.