sábado, 18 de mayo de 2013

el contexto cultural, social y literario de la GENERACIÓN DEL 27





CONTEXTO SOCIAL LITERARIO Y CULTURAL DE LA GENERACIÓN DEL 27

La Generación del 27 se forma y se desarrolla como tal durante los años veinte y treinta del siglo XX hasta su disgregación a consecuencia  de la Guerra Civil.

Los años veinte se viven culturalmente como un periodo de optimismo, marcado por el carácter rompedor de las vanguardias y de la vida moderno (el automóvil, la electricidad, la urbe, el jazz, el cine, el deporte…). La  joven intelectualidad española parece desentenderse de la crisis de la política tradicional (por descrédito del parlamentarismo monárquico) y vive de espaldas –no enfrentada- a la dictadura de Primo de Rivera. Imperan el gusto por el arte puro, por la vanguardia lúdica e intrascendente, el desapego hacia la realidad, la deshumanización.

Pero, a pesar de todo, muchos novecentistas y algunos de los primeros vanguardistas (la élite intelectual) ven en la política el instrumento con el que  posibilitar el cambio estético de las masas, lo cual supondría –según ellos- un verdadero cambio ético impulsador de una nueva modernidad. La políticas se pone al servicio de la cultura, del arte, de la literatura; la minoría puede ser así la gran educadora de las mayorías. Priman, pues, desde una posición liberal, las ideas por encima de las  ideologías. Las vanguardias actúan como impulsoras de las revoluciones.

 Sin embargo, en los años treinta son tiempos más difíciles. El crac bursátil neoyorquino el 29 provoca la gran depresión, los conflictos sociales se intensifican, se impone la conciencia de que las democracias liberales son rémoras de un pasado burgués acomodaticio e ineficaz, lo que facilita el triunfo de las dictaduras fascistas.. En España la República lleva a cabo la revolución más osada de la historia del País. Los artistas e intelectuales sienten que no pueden estar al margen de las nuevas realidades sociales y humanas, creen necesaria una rehumanización del arte y la literatura hasta el extremo incluso de poner estos al servicio de la política, especialmente durante la Guerra Civil.

En este contexto se desarrolla la Generación del 27, que nace  con ocasión de un homenaje a Góngora, con motivo del tercer aniversario de su muerte,  celebrado en el ateneo de Sevilla en el año 27, al que acuden la mayoría de los que serán sus componentes.


Esta generación pasa por tres etapas.

Etapa de formación (hasta 1928) Se interesan por la perfección técnica, los experimentalismos y la pureza forma y temática; predomina, pues, la deshumanización. Con todo, asimilan tanto las  corrientes modernas como las tradicionales: la lírica popular, los clásicos (Góngora en especial), el neorromanticismo, el simbolismo posmodernista, la nueva poesía pura juanramoniana, las primeras vanguardias (futurismo, cubismo, ultraísmo, creacionismo…)

Etapa de consolidación (desde 1928-hasta la Guerra Civil). Cada miembro de la generación logra su propia voz poética a partir de las influencias asimiladas en la etapa anterior y, en ocasiones, fruto de  crisis personales que acentúan sus preocupaciones humanas. Se percibe, en general, una abandono del formalismo y una  progresiva rehumanización, sobre todo manifiesta en la adopción del surrealismo. Los difíciles años treinta también hacen derivar el arte y la poesía hacia lo humano, lo social y lo político en detrimento de la pureza. Durante la guerra, el compromiso político se acentúa y la poesía se convierte en un arma de combate.

Etapa de disgregación (a partir de 1936). Lorca es asesinado en la Guerra Civil y tras la contienda, algunos se quedan en España, acomodados o en el exilio interior (Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre y Gerardo Diego), y los demás parten al exilio exterior. La poesía, mas sencilla, se vuelve desgarradoramente humana y social, desarraigada y nostálgica (la patria y los amigos perdidos), incluso en Jorge Guillén(más afín a la poesía pura). Algunos de estos poetas alcanzan en la posguerra su cima poética con textos angustiosos y existenciales, como Hijos de la ira, de Damaso Alonso.