Comentarios a los textos de la selectividad
de "El árbol de la ciencia"
“Andrés Hurtado, los
primeros días de clase, no salía de su asombro. Todo aquello era demasiado absurdo. Él hubiese
querido encontrar una disciplina fuerte y al mismo tiempo afectuosa, y se
encontraba con una clase grotesca, en que los alumnos se burlaban del profesor.
Su preparación para la ciencia no podía ser más desdichada.”
Corresponde este fragmento a la primera parte de una
novela de 7 titulada "El árbol de la ciencia", de Pío Baroja. La obra
fue publicada en 1911 y el tiempo de
ficción transcurre en los años previos al desastre de Cuba y momentos posteriores,
hecho mencionado en la propia novela. Es la tercera novela de la trilogía de La raza, compuesta por La dama errante (1908), La ciudad de la niebla (1909)y la novela
que nos ocupa. Para entonces Baroja era un consumado escritor de novelas. Había
escrito17. Su protagonista es un estudiante
de Medicina que va a iniciar su carrera
en Madrid y va experimentando una serie de decepciones y desencantos mientras
quiere encontrar un sentido a la vida. En este sentido podemos decir que es un
trasunto de la vida de Baroja. Cuando más tarde publique sus memorias, lo hará
repitiendo muchos fragmentos de esta novela.
En el texto vemos el despertar del protagonista a la
Universidad, en el cual se puede
constatar la desidia y abandono en que se halla esta, con el consiguiente desprestigio
de sus profesores. Fue este uno de los motivos de reflexión de los componentes
de la Generación del 98, quienes perseguían denunciar la situación de extrema decadencia
en que se hallaba la cultura y la educación en el país. En el fragmento podemos
encontrar la palabra "ciencia", que también aparece en el título del libro.
Para su autor esta no daba explicaciones al sentido de la vida(Todo aquello era demasiado absurdo) y,
ante esa tesitura, solo cabía entregarse al torrente de la vida sin reflexión
ninguna o alcanzar la ataraxia, una
especie de alejamiento o distanciamiento de la vida en el que sólo hay espacio para la compasión frente a los
que sufren, teoría del filósofo alemán Schopenhauer, del que Baroja era claro
seguidor. En el fragmento se pueden encontrar muestras del estilo de Baroja: oraciones
simples o compuestas sin mucha complejidad que intentan, en pocas líneas,
describir el carácter y las situaciones de la novela. Las partes se dividen en
pequeños capítulos que, de manera fragmentada, van componiendo un puzzle
entretenido y vivo
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“Las costumbres de Alcolea
eran españolas puras, es decir, de un absurdo completo.”
Corresponde
este fragmento a la parte quinta, escena quinta, de una novela titulada "El árbol de la
ciencia", escrita por Pío Baroja. La obra fue publicada en 1911 y el tiempo de ficción transcurre en los años
previos al desastre de Cuba y momentos posteriores, hecho mencionado en la propia novela. Es la tercera novela de la trilogía de La raza, compuesta por La dama errante (1908), La ciudad de la niebla (1909)y la novela
que nos ocupa. Para entonces Baroja era un consumado escritor de novelas. Había
escrito17. Su protagonista es un
estudiante de Medicina que va a iniciar
su carrera en Madrid y va experimentando una serie de decepciones y
desencantos mientras quiere encontrar un sentido a la vida. En este sentido
podemos decir que es un trasunto de la vida de Baroja. Cuando más tarde
publique sus memorias, lo hará repitiendo muchos fragmentos de esta novela.
Alcolea del Campo es un pueblo perdido entre Castilla y
Andalucía en donde impera la superstición, falta de ambición,
ignorancia, miseria, caciquismo, envidia, etc., que simbolizan todos los defectos de la España
del 98, preocupación de la llamada Generación del mismo nombre. El pueblo está
dividido en dos bandos irreconciliables, símbolo de las dos Españas y también
por dos médicos de diferente talante, incompatible el uno con el otro. Después
de que el protagonista termina la carrera, es el primer destino de Hurtado como
médico titular, de cuya experiencia saldrá decepcionado y ya casi abocado al
abandono de la profesión , lo mismo que le pasó en realidad a Baroja en
Cestona. Todo lo cual parece avalar la idea de que España no tiene solución y
la única salida es la huida en lugar del enfrentamiento.
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a) Identifique y explique el significado del siguiente
fragmento en la obra a la que
pertenece. (1 punto):
“La hostilidad
entre Hurtado y Montaner todavía se manifestó delante del
escaparate de una librería. Hurtado era partidario de los
escritores
naturalistas, que a Montaner no le gustaban; Hurtado era
entusiasta de
Espronceda; Montaner, de Zorrilla; no se entendían en
nada”.
b) Sitúe la obra en el contexto social, cultural y
literario al que pertenece. (1 punto).
Corresponde este fragmento a la parte primera, escena
primera, de una novela titulada "El
árbol de la ciencia", escrita por Pío Baroja. La obra fue publicada en
1911 y el tiempo de ficción transcurre
en los años previos al desastre de Cuba y momentos posteriores, hecho mencionado en la propia novela. Es la tercera novela de la trilogía de La raza, compuesta por La dama errante (1908), La ciudad de la niebla (1909)y la novela
que nos ocupa. Para entonces Baroja era un consumado escritor de novelas. Había
escrito17. Su protagonista es un
estudiante de Medicina que va a iniciar
su carrera en Madrid y va experimentando una serie de decepciones y
desencantos mientras quiere encontrar un sentido a la vida. En este sentido
podemos decir que es un trasunto de la vida de Baroja. Cuando más tarde
publique sus memorias, lo hará repitiendo muchos fragmentos de esta novela.
En el fragmento se pone de manifiesto el enfrentamiento
ideológico entre los dos compañeros de clase. Hurtado es republicano y Montaner
es monárquico. Al primero le gusta la literatura naturalista, la que cultivaba
Baroja, y al segundo la literatura más convencional y conservadora. La misma
diferencia que había entre el autor romántico de La canción del pirata y el autor de Don Juan Tenorio. Es la división irreconciliable entre las dos
Españas de la que eran conscientes los miembros de la generación del 98. Baroja
no pasó más allá de una postura revolucionaria en su juventud a una postura
conservadora en su vejez. Creía que no había solución para el pueblo español.
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"¡Ha muerto sin dolor! -murmuró Iturrioz-. Este
muchacho no tenía fuerza para vivir. Era un epicúreo, un aristócrata, aunque él
no lo creía."
Corresponde este fragmento a la parte séptima, escena
cuarta, de la novela titulada "El
árbol de la ciencia", escrita por Pío Baroja. La obra fue publicada en
1911 y el tiempo de ficción transcurre
en los años previos al desastre de Cuba y momentos posteriores, hecho
mencionado en la propia novela. Es la tercera novela de la trilogía de La raza, compuesta por La dama errante (1908), La ciudad de la niebla (1909)y la novela
que nos ocupa. Para entonces Baroja era un consumado escritor de novelas. Había
escrito 17. Su protagonista es un
estudiante de Medicina que va a iniciar
su carrera en Madrid y va experimentando una serie de decepciones y
desencantos mientras quiere encontrar un significado a la vida. En este sentido
podemos decir que es un trasunto de la vida de Baroja. Cuando más tarde
publique sus memorias, lo hará repitiendo muchos fragmentos de esta novela.
Su
protagonista se ha suicidado tomándose un veneno después de haber padecido la
muerte de su mujer e hijo. Por influencia de Schopenhauer, veía el protagonista
la vida como algo absurdo y la ciencia no bastaba para calmar su
desasosiego ni dar tranquilidad a su
angustia existencial. La fatalidad y el no saber encontrar sentido a la vida le
llevan a la desesperación. Su tío, defensor de la vida y del vivir
inconscientemente, lo tilda de epicúreo con el sentido original de la
palabra, persona que modera sus pasiones (lo contrario de lo actual), y de aristócrata en el sentido de que no se
ha dejado arrastrar por las masas y el pensamiento fácil y acomodaticio de la
sociedad de su época.
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5. a) Identifique y explique el significado del siguiente
fragmento en la obra a la que
pertenece. (1 punto)
“Andrés Hurtado, los primeros días de clase, no salía
de su asombro. Todo
aquello era demasiado absurdo. Él hubiese querido
encontrar una disciplina fuerte
y al mismo tiempo afectuosa, y se encontraba con una
clase grotesca, en que los
alumnos se burlaban del profesor. Su preparación para
la ciencia no podía ser
más desdichada.”
Corresponde este fragmento a la parte séptima, capítulo
1, de la novela titulada "El árbol
de la ciencia", escrita por Pío Baroja. La obra fue publicada en 1911
y el tiempo de ficción transcurre en los
años previos al desastre de Cuba y momentos posteriores, hecho mencionado en la propia novela. Es la tercera novela de la trilogía de La raza, compuesta por La dama errante (1908), La ciudad de la niebla (1909)y la novela
que nos ocupa. Para entonces Baroja era un consumado escritor de novelas. Había
escrito 17. Su protagonista es un
estudiante de Medicina que va a iniciar
su carrera en Madrid y va experimentando una serie de decepciones y
desencantos mientras quiere encontrar un significado a la vida. En este sentido
podemos decir que es un trasunto de la vida de Baroja. Cuando más tarde
publique sus memorias, lo hará repitiendo muchos fragmentos de esta novela.
En el fragmento se desarrolla una conversación entre
Andrés Hurtado, el médico protagonista de la novela, y su tío Iturrioz. Aunque el problema se
plantea como si fuera el de una tercera persona es el propio médico el que está preocupado por transmitir a su
hijo las taras suyas y las de su mujer.
Este miedo era compartido por el autor de la novela, que rehusó casarse
por temor seguramente a las mujeres y a
la herencia biológica. A finales del XIX la corriente naturalista en la
literatura estaba ampliamente desarrollada y Baroja no era ajeno a ello. su
descenso a los lugares y oficios más miserables así nos lo confirman. El
protagonista estaba inmerso en un
pesimismo existencial y en un escepticismo que le obligaban a pedir consejo
ante tan grave situación, lo cual
contrastaba con la actitud vital de su tío, más preocupado por vivir que
por buscarle un sentido a la vida.
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5. a) Identifique y explique el significado del siguiente
fragmento en la obra a la que
pertenece. (1 punto)
Pasaron muchos meses y la paz del matrimonio no se
turbó. Andrés estaba desconocido. El método de vida, el no tener que sufrir el
sol, ni subir escaleras, ni ver miserias, le daba una impresión de
tranquilidad, de paz. Explicándose como un filósofo, hubiera dicho que la
sensación de conjunto de su cuerpo, la “cenesthesia” era en aquel momento
pasiva, tranquila, dulce. Su bienestar físico le preparaba para ese estado de
perfección y de equilibrio intelectual, que los epicúreos y los estoicos
griegos llamaron “ataraxia”
Corresponde este fragmento a la parte séptima, capítulo
1, de la novela titulada "El árbol
de la ciencia", escrita por Pío Baroja. La obra fue publicada en 1911
y el tiempo de ficción transcurre en los
años previos al desastre de Cuba y momentos posteriores, hecho mencionado en la propia novela. Es la tercera novela de la trilogía de La raza, compuesta por La dama errante (1908), La ciudad de la niebla (1909)y la novela
que nos ocupa. Para entonces Baroja era un consumado escritor de novelas. Había
escrito 17. Su protagonista es un
estudiante de Medicina que va a iniciar
su carrera en Madrid y va experimentando una serie de decepciones y desencantos
mientras quiere encontrar un significado a la vida. En este sentido podemos
decir que es un trasunto de la vida de Baroja. Cuando más tarde publique sus
memorias, lo hará repitiendo muchos fragmentos de esta novela.
En el texto Andrés Hurtado parece haber encontrado la
felicidad distanciándose de las miserias de la vida y, en todo caso, atendiendo con la compasión a los dolores y
desgracias del ser humano. En ese momento él trabaja como traductor de libros
del francés y su mujer Lulú lleva una mercería. A este estado de ausencia de
preocupaciones serias y a la vida modesta y sin grandes pretensiones se le llama ataraxia, la cual durará muy poco
porque será rota por las pretensiones de ella de engendrar un hijo, el máximo
temor de Hurtado.
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5. a) Identifique y explique el significado del siguiente
fragmento en la obra a la que
pertenece. (1 punto)
Se le ocurrió también
escribir; pero no sabía por dónde empezar, ni manejaba suficientemente el
mecanismo del lenguaje para expresarse con claridad.
Todos los sistemas que discurría para encauzar su vida dejaban precipitados
insolubles, que demostraban el error inicial de sus sistemas. Comenzaba a
sentir una irritación profunda contra todo.
A los ocho o nueve meses de vivir así excitado y aplanado al mismo tiempo,
empezó a padecer dolores articulares; además el pelo se le caía muy
abundantemente.
—Es la castidad —se dijo.
Era lógico; era un neuroartrítico. De chico, su artritismo se había manifestado
por jaquecas y por tendencia hipocondríaca. Su estado artrítico se exacerbaba.
Se iban acumulando en el organismo las sustancias de desecho y esto tenía que
engendrar productos de oxidación incompleta, el ácido úrico sobre todo. El
diagnóstico lo consideró como exacto; el tratamiento era lo difícil.
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Corresponde este fragmento a la parte quinta, capítulo
8, de la novela titulada "El árbol
de la ciencia", escrita por Pío Baroja. La obra fue publicada en 1911
y el tiempo de ficción transcurre en los
años previos al desastre de Cuba y momentos posteriores, hecho mencionado en la propia novela. Es la tercera novela de la trilogía de La raza, compuesta por La dama errante (1908), La ciudad de la niebla (1909)y la novela
que nos ocupa. Para entonces Baroja era un consumado escritor de novelas. Había
escrito 17. Su protagonista es un
estudiante de Medicina que va a iniciar
su carrera en Madrid y va experimentando una serie de decepciones y
desencantos mientras quiere encontrar un significado a la vida. En este sentido
podemos decir que es un trasunto de la vida de Baroja. Cuando más tarde
publique sus memorias, lo hará repitiendo muchos fragmentos de esta novela.
El protagonista, Andrés Hurtado
se halla destinado en el pueblo de Alcolea del Campo, entre Castilla y
Andalucía. Su primera experiencia cómo médico resulta bastante frustrante y ese
no encontrar sentido a la vida le produce angustia. A ello se le añade la castidad que observa, la cual somatiza en
forma de enfermedad: artritismo. No estaba Andrés Hurtado por la labor de
casarse con las señoritas locales ni tampoco quería ver satisfechas sus
necesidades sexuales con las prostitutas, solución denigrante a sus ojos. Ese
mundo turbio que rechaza y la explicación fisiológica sobre su enfermedad y las
taras de la herencia biológica que arrastra corresponden a la corriente
literaria del naturalismo, a la que se adscribe a Baroja. Protagonista y autor solían pensar lo mismo
en lo referente a la castidad y sus consecuencias. No en balde se puede decir
que gran parte de la novela es autobiográfica.
En el caso de Hurtado sólo hay dos ocasiones para mantener
relaciones sexuales: una esporádica con Dorotea antes de abandonar el pueblo y
otra con Lulú, a regañadientes, por el temor a engendrar un hijo. De ambas
siempre sale con dolor de cabeza.
En estas circunstancias tenía Andrés pocos
tratamientos que encontrar y es una
razón más para salir de ese pueblo, en el que concurren todos los males
nacionales.