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Cuando no comprendes el significado de las palabras, no comprendes el mundo. Estás entre ciego y sordo. Un lenguaje contiene y expresa un sentido de la vida. Un idioma implica un modo de vivir. Todo esto es sabido, aunque discutible en los matices.El otro día nos desayunábamos en titulares con que los dos chicos de Málaga habían muerto en una fiesta rave. ¿Rave? Ni idea. Pero ya nos lo van explicando. Viene del inglés, juerga, delirio, masiva juerga delirante con música electrónica a cargo de pinchadiscos. Djs, para que me entiendas. Al parecer, hace años que se habla de esto en los suplementos culturales para jóvenes de los periódicos, pero como uno ya no es joven y tiene otra idea de la cultura, pues no lee estos suplementos, o cuando los lee no se entera, o cuando se entera, luego se le va el santo al cielo y se olvida.
El actor y cantante Nancho Novo debuta en la dirección escénica con Confesiones sexuales de un solateras. ¿Solateras? Humildemente lo digo, primera noticia. No me cosco. Pero el enigma es más fácil: solateras suena a solitario. Y así es, en efecto. Recurro al Ramoncín, o sea, a El nuevo ocho cheli. Diccionario de jergas, y el Ramoncín casi tan útil como el Casares o el María Moliner, no me falla. Ahí viene lo de solateras perfectamente explicado.
Mi hijo Daniel me decía hace poco que nada hay tan patético como un padre que se hace el moderno y el próximo, el puesto al día, a base de decir molar, guay y cosas por el estilo. Yo le dije que de acuerdo, en parte, pero que parara el carro, que se iba a enterar: los que sin ser jóvenes no somos viejos, ni por asomo, empleábamos ese lenguaje, u otro parecido, en los 80, y, como muy bien sabe Ramoncín, el cheli y algunas jergas juveniles se nutren de hablas viejísimas, que van del Siglo de Oro al sainete, pasando por Valle-Inclán. Si te descuidas lo de solateras ya está en Valle, y no lo pillé cuando lo leí.
Rave, solateras y pongamos que yihab. Y añadamos, a discreción, lo que queramos. Está lo que viene del inglés, lo que viene del casticismo español por resumir y lo que viene de todo lo que nos viene. Ahí, en el habla, en la mismísima punta de la lengua, fragua la diversidad, el multiculturalismo, el mestizaje o como quieras llamarle, sin ganas de meterte en líos, que, te pongas como te pongas, son un hecho, una realidad, una experiencia y un gato al que poner cascabel. Y, si no estás al loro, es que no te enteras Contreras. No hablas, luego ni ves ni oyes. Si dices cómo me hablas estás diciendo de qué me hablas. No comprendes, y te vas quedando solateras total.
Cuando no comprendes el significado de las palabras, no comprendes el mundo. Estás entre ciego y sordo. Un lenguaje contiene y expresa un sentido de la vida. Un idioma implica un modo de vivir. Todo esto es sabido, aunque discutible en los matices.El otro día nos desayunábamos en titulares con que los dos chicos de Málaga habían muerto en una fiesta rave. ¿Rave? Ni idea. Pero ya nos lo van explicando. Viene del inglés, juerga, delirio, masiva juerga delirante con música electrónica a cargo de pinchadiscos. Djs, para que me entiendas. Al parecer, hace años que se habla de esto en los suplementos culturales para jóvenes de los periódicos, pero como uno ya no es joven y tiene otra idea de la cultura, pues no lee estos suplementos, o cuando los lee no se entera, o cuando se entera, luego se le va el santo al cielo y se olvida.
El actor y cantante Nancho Novo debuta en la dirección escénica con Confesiones sexuales de un solateras. ¿Solateras? Humildemente lo digo, primera noticia. No me cosco. Pero el enigma es más fácil: solateras suena a solitario. Y así es, en efecto. Recurro al Ramoncín, o sea, a El nuevo ocho cheli. Diccionario de jergas, y el Ramoncín casi tan útil como el Casares o el María Moliner, no me falla. Ahí viene lo de solateras perfectamente explicado.
Mi hijo Daniel me decía hace poco que nada hay tan patético como un padre que se hace el moderno y el próximo, el puesto al día, a base de decir molar, guay y cosas por el estilo. Yo le dije que de acuerdo, en parte, pero que parara el carro, que se iba a enterar: los que sin ser jóvenes no somos viejos, ni por asomo, empleábamos ese lenguaje, u otro parecido, en los 80, y, como muy bien sabe Ramoncín, el cheli y algunas jergas juveniles se nutren de hablas viejísimas, que van del Siglo de Oro al sainete, pasando por Valle-Inclán. Si te descuidas lo de solateras ya está en Valle, y no lo pillé cuando lo leí.
Rave, solateras y pongamos que yihab. Y añadamos, a discreción, lo que queramos. Está lo que viene del inglés, lo que viene del casticismo español por resumir y lo que viene de todo lo que nos viene. Ahí, en el habla, en la mismísima punta de la lengua, fragua la diversidad, el multiculturalismo, el mestizaje o como quieras llamarle, sin ganas de meterte en líos, que, te pongas como te pongas, son un hecho, una realidad, una experiencia y un gato al que poner cascabel. Y, si no estás al loro, es que no te enteras Contreras. No hablas, luego ni ves ni oyes. Si dices cómo me hablas estás diciendo de qué me hablas. No comprendes, y te vas quedando solateras total.
Manuel HIDALGO
Tema:
Necesidad de conocer
la jerga juvenil moderna para entender la realidad
Resumen
La lengua es
expresión de la manera colectiva de ver el mundo. Hay muchas palabras
importantes en la jerga juvenil. Siempre ha sido así. De muy diversas
procedencias nos llegan palabras cuyo significado hay que saber para entender
lo que pasa.
El registro es la
forma compleja que se escoge para comunicarse con los demás de acuerdo con el
medio, la situación comunicativa, la relación social, los fines que se
persiguen y lo que se quiere obtener. En
este caso debemos tener en cuenta que estamos con un texto escrito
publicado en los medios de comunicación destinado a un público amplio al
que se le busca convencer de una determinada idea sobre un tema no
especializado. El registro que se emplea, por lo tanto, es el estándar o medio, lo que permite recurrir, en este subgénero de
opinión, a determinadas características
coloquiales como son:
remate o terminación
genérica, indefinida: y tal (en el
título)
tuteo genérico: no comprendes (l.1)
plural inclusivo: nos desayunábamos (l.4)
léxico coloquial: chicos (l.4)
pregunta retórica:
¿Rave? (l.5)
oración unimembre: ¿Rave?
(l.5), ni idea (l.5).
juicios
maximalistas: ni idea (l.5)
aclaraciones
destinadas al receptor, tuteado en este caso: para que me entiendas (l.7)
Uso de uno por yo: uno ya no es joven (l.9)
expresiones
coloquiales. se le va el santo al cielos (l10)