lunes, 11 de diciembre de 2017

La estilística de los tiempos verbales aplicada a CALDO CONYUGAL


Estilística de los tiempos verbales

            El texto gira en torno a un errónea suposición del autor del texto, la cual le lleva a un análisis y descripción de su comportamiento..  A pesar de que  básicamente es una anécdota, una narración corta, el texto en su esencia es un texto argumentativo expositivo. La anécdota sirve para sacar una conclusión: los periodistas también se equivocan elucubrando. Por tanto nos encontramos  esencialmente con los siguientes tiempos verbales:

El pretérito imperfecto para describir y explicar una situación en el pasado de dos parejas, la ficticia del la novela del autor y la real, que siguió en su momento el autor: Aparecía una pareja, lo pensaba (yo), podían ir a la par, paseaban el uno detrás del otro, etc.

Presentes atemporales para postular determinadas verdades o juicios incuestionables y universales que le permiten teorizar al autor sobre las relaciones conyugales: La soledad obligada te come el alma; no hay más que una vida; el único patrimonio que tenemos, etc.

Presentes durativos para acciones que se extienden más allá del momento puntual en que se habla, incluso pueden no estar realizándose en este momento:   tenemos la osadía de contar cosas, nos las inventamos, eso no coarta las elucubraciones, etc.

Pretéritos perfectos simples para relatar la anécdota del pasado; cuantos más haya, más progresa la acción: arruinó, alcanzó, le puso, sonrió, se besaron, etc.



Modo subjuntivo, sólo un caso: valga la redundancia. se trata de un marcador discursivo valorativo que inserta aleatoriamente el autor cuando le parece procedente.